21/3/11

Fiesta de primavera

Arrastro desde hace semanas la sensación de que tengo que cerrar Melófoba. Ya lo sabéis, porque lo volví un running gag que nunca tuvo gracia.

Antes de que empezara este lavado de oídos y cerebro, no dejaba de pensar: mi cabeza no paraba, con mejores o menores ocurrencias, salvo en contados momentos extáticos y durante el sueño. Ahora no deja de tararear (mal) las partes más insulsas de las peores canciones y me obliga a llevar el paso al ritmo.

Entre tanto, el supuesto placer primario que otorgan las notas musicales bien combinadas no ha dejado de ser para mí una sucesión de lecciones, 225 posts, una sarta de vídeos en los que debía disociar contra mi naturaleza la banda de imagen, un puñado de recomendaciones que tratar de aprehender, 434 comentarios.

Muy divertido, eh, claro, pero agotador; la universidad también fue entretenida, las farras también pueden ser ilustrativas, pero a una se le va pasando la edad (para tantas cosas).

Es hora de liberarse, de quitarse el yugo del criterio y la presión de argumentar. Porque sí. Por disfrutar y por pura productividad sináptica, estoy por olvidarme de pensar todo lo que oigo. Sería un poco como librarse de FilmAffinity y ver las pelis por el placer de verlas, absteniéndose de valorarlas, pero eso ya es otro reto.

Creo que ya estoy en condiciones de oír y sentir más allá del silencio sin tener que contarlo.

No quiero contar, por orgullo y pereza y algún otro pecado, que este fin de semana ha sido hasta melómano: asistí a La Radio Encendida, un maratón de música para modernos en directo, en La Casa Encendida y Radio 3, que propuso G. Ella desertó, yo me decepcioné por no poder aspirar a tuitera oficial y acabé yendo.

Entré al ritmo de Los Pilotos. Creo. El patio parecía el interior de un bafle en el que no se podía estar más de diez minutos: doscientas personas sin bebida asentían al mismo ritmo y de cara al escenario. Yo tenía sed. A Tom Cary y los Hermanos Dalton los escuchamos al sol, desde la terraza y sin vibraciones ni riesgo para los tímpanos. Cuando salimos, se empezaba a formar cola en la entrada. Era el turno de La Bien Querida, ¡por la que yo he pagado entrada! y casi me arrepiento de violentar así a mi ADN. Se acercaba el fin de fiesta, con Anni B Sweet, Dover, Nacho Vegas, Christina Rosenvinge y Facto y los Amigos del Norte. Para entonces, ya se había ido el sol.

Hoy voy a otro concierto, pero este sí que me lo guardo para mí. Podría haber otro mañana y no lo sabríais: podéis proponérmelos que iré. Podéis enlazarme lo que gustéis, que no lo airearé.

Os dejo así, agradecida, transformada y emocionada, con una canción de bienvenida, que he tomado prestada de G. y he disfrutado: mucho más de lo que creí que diría jamás.

+ Creedence Clearwater Revival, Looking Out My Back Door

9 comentarios:

J. dijo...

¿A que lloro?
Joder, vaya putada... Cada vez echo más de menos esos años y veranos de los 17 a los 24. Entonces no sabía que la vida solo iba a peor.
Penas de mañanas sin una nueva entrada de Melófoba.
Muak para siempre.

I. dijo...

Alguien me enseñó que se puede dejar un blog, recordarlo con el cariño de la nostalgia y empezar a disfrutar más de lo que allí se trataba.

Solo cumplo mi palabra de mantener el chiringo "hasta que aprenda o mis mentores se den por vencidos". Os doy las gracias porque haya sido lo primero: lloremos juntos y demostremos que la vida siempre va a mejor.

El Humilde Fotero del Pánico dijo...

¡Por los clavos de John Fogerty! Será broma, ¿no?

I. dijo...

Me temo que no. Me he relajado tanto que no fui ayer a la Moby Dick a oír al ídem. (Razón real: no conseguí melómano acompañante).

Antes de desertar ¿quizá debería saber quién es John Fogerty? Sí. Vale la pena y no tengo por qué renunciar a esto, ni pienso hacerlo.

Gracias, Fotero.

lachicaquemira dijo...

:_( de verdad
Ha sido tan bonito... Y todos hemos aprendido y disfrutado los unos de los otros.
Los conciertos no cerrarán nunca, y seguiremos asintiendo ante la música, con copa en la mano, i promise.

I. dijo...

He demostrado no haber aprendido una mierda (ni siquiera entendía la conexión John Fogerty-Creedence), pero también sabéis cuánto he disfrutado. Incluso viendo en vivo el :_( de G.

A. dijo...

Pues... vaya. Dado que no nos queda otra que dejarte ir, pequeña saltamontes... que siga la fiesta, que viva el rocanrol y que show must go on. Me lo he pasado pipa.

Y que el ritmo no pare, no pare, no.

I. dijo...

Alguien necesita las lecciones más que yo: melofobo.blogspot está libre.

El Humilde Fotero del Pánico dijo...

¡Ay!
Sólo se me ocurre citar al maestro Young.
Keep on rocking!!!
http://www.youtube.com/watch?v=fQccK0F1_iY&feature=related