Cuatro canciones, mínimo histórico: para compensar lo de ayer y castigar a A.
B.: + Alphabeat, Boyfriend
El rollito cassette funciona, como funciona un cuerpo de baile multirracial, los ah-ah, y la coreo de la rubia platino. Pero no puedo obviar que la canción se basa en “no toques a mi novio, que no es tuyo, es mío” y el-ruido-que-sale-de-la-boca del chico tiene efectos secundarios.
G.: + Little Shop of Horrors, Dentist Song
Tengo que ponerme en la piel de una niña menor de ocho años (puedo recordarlo) y a la que le dan miedo los dentistas (yo los quise por ahorrarme motes): un poco de Stanislavski y puedo... hasta disfrutar con cierto paniquito. Será por los chillidos de los pacientes o el tinte de Steve Martin.
M.: - Die Toten Hosen, 10 Kleine Jägermeister
Esta mezcla de canción navideña con Un elefante se balanceaba a la inversa no me da ganas de bailar con los brazos como los alemanes. Debió de ser lo que mandaste "para escuchar bebiendo cerveza y abrazado a los amigos": si lo puedo recordar es porque afinaste la descripción. Más abrazos y menos música.
J.: - Ellos, Campeón
¿Todos los modernos con nombre falso se hacen llamar Guille? Estuve en un concierto suyo, de ellos. Flipa, flipa. Fue en las fiestas de mi barrio y ¿quién me llevó? ________ (fill in the gap). Me reí tanto como escuchando esta sarcástica oda al matón, pero más en el canguro, también conocido como saltamontes, y el pobrecito cantante no podía ser más listo: en su escenario "y muy borracho, ¿siente ganas de matar?". Son tan fáciles que dan igual.
Y sigo. Sin tener ni put* idea. Opinando de todo menos de música.
1 comentario:
A ver, bueno. Bien, el post, ¿eh?, tampoco voy a decir que mal... pero como que le falta algo, ¿no?, os ha salido un pelín sosillo, como... incompleto, diría.
Hoy soy un poco menos fan que ayer.
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